
Las noticias lo muestran, los programas de televisión lo alaban, la falta de memoria lo hace posible.
En Chile las quejas con pan de cada día, estamos en medio de una crisis estudiantil donde todos exigen, pero nadie se compromete a entregar de su parte. Una de las cosas me más me ha llamado la atención sobre este hecho es que sus protagonistas son niños, en su mayoría menores de edad, que se toman sus centros de estudio para pelear por aquello que consideran justo.
Mi pregunta es la siguiente ¿quién les da permiso para pasar la noche en esos lugares?. Sus padres los apoyan, están de acuerdo con su lucha, mientras una alumna del Carmela Carvajal se cae del techo y está hospitalizada, grave. Las noticias la muestran como mártir, no como irresponsable, no muestran a los padres que no sabían en lo que estaba su hija, padres que debieron pedir una buena educación para sus hijos y no ellos, que son solo niños y que no pueden colaborar con la democracia por ser menores de edad.
Otra de las noticias muestra a las personas de la toma de Peñalolén, a quienes se les entregaron casas para tener una vida más digna. Recuerdo que fueron ellos quienes presionaron para que se les entregaran las casas rápidamente y ahora se quejan por que no están terminadas, porque las conexiones de luz no se hicieron correctamente, porque no tenían comodidades que seguramente antes no pensaban en tener.
No avalo que se entreguen casas en mal estado, pero me pregunto qué hacen ellos por el país para exigir tanto al gobierno. Somos la cuna de los mártires de la burocracia ¿vale la pena morir por eso?
La gente exige, sale a las calles, rompen semáforos y paraderos de micros que la clase media trabajadora usa día a día. La gente que sale a trabajar, porque de esos también hay, gente que se esfuerza por tener sus cosas, que se sacan la cresta para pagar las cuentas y que no le alega a nadie porque saben que no les regalará nada.
¿Quién está mal? ¿debemos pedir un Estado más paternalista?. Por mi parte crecí en una familia clase media, sabía que mi colegio era de esos malos, donde tenías que esforzarte el doble por aprender, que lo que me entregaban ellos no era suficiente, que tenía que tratar de aprender por mi cuenta. En eso usaba mi tiempo, sé que para mí las cosas fueron más fáciles que para mis padres. Mi vieja trabaja desde los 15 años, es un ejemplo de trabajo y esfuerzo, también se que nadie le regaló nada en su vida y aún así, ella nunca lo exigió, jamás la he visto llorar por lo injusto de la vida, sólo trabaja, se esfuerza, apoya a quién lo necesita, jamás a comprado algo robado y paga sus impuestos día a día. Ella jamás saldrá en las noticias como muchos que saben que sus sueños sólo dependen de cuanto trabajen por alcanzarlos.
Porque ser cuática no es malo